martes, 15 de mayo de 2007

San Isidro el patron de Madrid


San Isidro es un santo chulapón donde los haya porque como a los chulapos, lo quiere todo el mundo de Madrid.

El día de la fiesta de San Isidro siempre leemos la parábola de la vid y los sarmientos. A mí me gusta recordar con el evangelio en la mano, que por muchas idas y venidas, por muchas guitarras, muchos teatros, y mucha actividad, si nos falta unión con Dios no haremos nada duradero en nuestra labor pastoral.

Y un buen ejemplo de la unión con Dios es este santo de Madrid que era un trabajador que nunca daba la espalda a Dios, pues todo lo que hacía le servia para rezar, que eso creo yo que es la vida interior, la unión con Dios. Estes donde estés, hagas lo que hagas, uno siempre puede estar pendiente del Señor.

Ya lleva uno, unos cuantos años en este de enterarse que es la vida interior, pero siempre se puede aprender algo. Y para mí los mejores espejos son la vida de los santos corrientes y molientes como el patrón madrileño, que en pleno campo sabía estar unido a Dios sin hacer cosas raras.

Pero, ¿en que consiste la unión con Dios? Para mí consiste en eso, en que lo más interior que tenemos las personas: los pensamientos, la voluntad, los sentimientos, los dirija Dios nuestro Señor. Como Dios no esté en nuestros pensamientos ni dirija El nuestra voluntad, me temo que por mucho que nos movamos, no conseguiremos gran cosa.

Somos sarmientos unidos a la vid si queremos dar fruto, y la unión más importante empieza por dentro, en nuestro interior, como siempre nos han enseñado los santos con su vida. Si esto falla, nos pasará como a un sastre de Guadalajara que nunca hizo un traje, porque cosía con una aguja sin hilo.

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