lunes, 28 de mayo de 2007

Mis amigos los Rotarios de Madrid


Ayer me invitaron a cenar los Rotarios de Madrid para dar una charla sobre el viaje del Papa Benedicto XVI a Brasil. Los Rotarios nacieron en America del Norte, y la finalidad más importante es ayudar a financiar las bolsas de pobreza de los paises menos desarrollados.

A los que yo conozco un poco son los del club Velázquez de Madrid. En este club se reunen todas las semanas del año, los lunes, para comentar algún tema de actualidad en un ambiente distendido y sin polémicas. Todos, en total unos 25 hombres, son o han sido unos profesionales brillantes que se preocupan para que este pícaro mundo vaya un poco mejor, a pesar de las dificultades que existen.

La cena duró como una hora y luego, mientras tomamos café, me invitaron a que les expusiera desde mi punto de vista, las dificultades del Papa Benedicto XVI, en el Brasil. Allí les expliqué tres dificultades que en mi opinión ha tenido el Papa en su viaje: la pobreza, el problema de las sectas, y la mala gestión que suelen hacer los gobiernos en un país inmenso y poco desarrollado. Y, sobre estas cosas, mantuvimos un entretenido coloquio, que nos llevó, como no, a hablar sobre la problemática de la Teologia de la Liberación.

Yo me sentí muy a gusto con los Rotarios, porque se esfuerzan por estar al día de lo que pasa en nuestro mundo, y también les interesa la opinión y las labores de la Iglesia en los países menos desarrollados. También pude escuchar a profesionales cualificados de la economía, de la medicina, de la empresa, la visión que ellos tienen de la labor que Iglesia católica hace con los más pobres. Con gente así, siempre respetuosa e inteligente, siempre se sale ganando.

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