lunes, 2 de abril de 2007

Hoy se cumplen dos años de la muerte del Papa que va para santo


Veintiún meses después de su apertura y en el mismo día en que se cumplen dos años de su muerte concluyó hoy la primera fase del proceso de beatificación de Juan Pablo II y a partir de ahora toda la documentación pasa al Vaticano, que tiene la última palabra para declararle beato.

Esta primera fase -diocesana- se cerró con una solemne ceremonia celebrada en la basílica de San Juan de Letrán, la catedral de Roma, presida por el cardenal vicario, Camillo Ruini, y a la que asistieron miles de fieles, muchos de ellos venidos de fuera de Italia, conocidos ya como "el pueblo de Wojtyla santo ya".

La ceremonia, como manda la normativa, se desarrolló en latín. El notario Giuseppe Gobbi exhibió las actas y documentos estudiados en el Vicariato de Roma "sobre la vida y virtudes, además de los milagros, del Siervo de Dios Juan Pablo II, cuyo nombre de pila fue Karol Wojtyla, Sumo Pontífice".

Gobbi añadió que el cardenal vicario de Roma, Camillo Runi, declaraba -después el purpurado lo firmó- que toda la documentación estudiada y que ahora se envía a la Congregación para la Causa de los Santos está "íntegra". Después se la entregó al Postulador de la Causa, el sacerdote polaco Slawomir Oder, para que la lleve al Vaticano.

La documentación ocupa tres cajas, que fueron selladas y lacradas en medio del silencio y conmoción de los presentes.

Al acto asistieron numerosos cardenales y políticos italianos y el presidente de Polonia, Lech Kaczynski.

Entre los cardenales se encontraba el arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, quien fue su secretario particular durante más de 40 años y quien en varias ocasiones se ha mostrado a favor de que Wojtyla sea canonizado directamente sin tener que pasar por todas las etapas del proceso (primero siervo de Dios, después beato y finalmente santo).

Dziwisz ofició hoy una misa en la cripta de la basílica de San Pedro del Vaticano, donde se encuentra la tumba de Juan Pablo II, en la que dijo que los fieles "saben que era un santo".

A la ceremonia de San Juan de Letrán también asistió la monja francesa Marie Simon Pierre, de 46 años, que sufría Parkinson, la misma enfermedad que padecía Juan Pablo II, y que dos meses después de la muerte de Wojtyla, al que se encomendó, curó de manera inexplicable.

Decenas de miles de páginas, así como los testimonios de 330 personas y la documentación sobre la curación de la monja francesa forman parte de los documentos que tendrá que estudiar ahora la Congregación para la Causa de los Santos.

Su titular, el cardenal José Saraiva Martins, dijo que lo analizarán en profundidad y que no sabe el tiempo que eso llevará. A la vez, un equipo de médicos determinará si la curación de la monja francesa tiene explicación científica o no.

Después, una comisión de cardenales declarará si se trata de un milagro que puede ser atribuido a la intercesión de Juan Pablo II. Si es así, Benedicto XVI podrá proclamar su beatificación.

Saraiva precisó que sólo Benedicto XVI puede decidir si se salta o no la fase de beatificación y lo proclama "santo súbito".

A este respecto, el español Joaquín Navarro Valls, que fue portavoz de Juan Pablo II durante 22 años, dijo hoy que le gustaría que se cumpliesen todas las fases del itinerario previsto por la Iglesia, recordando que el mismo Karol Wojtyla así lo hizo en casos como el de Madre Teresa de Calcuta.

Aunque no esperó a los cinco años que contempla la normativa para abrir un proceso, si se respetaron todas las fases. Juan Pablo II dijo en su día que a Madre Teresa no le hubiera gustado que se la hubiese tratado de forma preferente respecto a otros fieles.

El proceso que llevará a Juan Pablo II a la gloria de los altares se abrió el 28 de junio de 2005. Comenzó en Roma, porque en esta ciudad murió el 2 de abril de 2005 y porque fue su obispo durante 26 años y medio.

La causa se abrió por expreso deseo de Benedicto XVI sin tener que esperar a que transcurran cinco años de su muerte, como establece el Código de Derecho Canónico.

El anuncio fue acogido con gran alegría en el mundo católico, donde aún sigue vivo el grito "súbito santo" (santo ya) que decenas de miles de personas corearon el 7 de abril en la plaza de San Pedro del Vaticano durante los funerales de Juan Pablo "el Grande", como ya se le conoce.

Hoy, el cardenal Ruini resaltó la santidad del papa polaco, del que dijo que luchó en defensa de la vida, contra el aborto y la familia con el mismo espíritu que lo hizo contra el totalitarismo comunista y en favor de la justicia y la paz.

Esta tarde, Benedicto XVI oficiará una misa con motivo del segundo aniversario de la muerte de su antecesor.

No hay comentarios: