lunes, 19 de marzo de 2007

Un hombre que vivio siempre de cara a Dios


Yo también siento que esta fiesta de San José baile todos los años con los sindicatos, y nos digan ellos si es fiesta o no es fiesta, pero eso, aunque importante, no es lo más importante.

Te quiero recordar que San José fue un hombre que supo dar importancia a la vida corriente, a lo de cada día, pero con un matiz que muchos de nosotros olvidamos: vivía la vida ordinaria de cara a Dios. Y es que la mayoría de los hombres no salimos en la tele, ni somos unas personas extraordinarias, ni destacamos en nada, la mayoría de nosotros, querido lector, somos corrientes y molientes. Normales.

Lo que a mí me gustaría que entendiéramos tu y yo, que lo que Dios nos pide a la gente de a pie no es algo dificil, sólo nos pide que en nuestra vida de cada día, no nos olvides de El. Y eso es vivir de cara a Dios. Yo soy un cura, tengo una parroquia pequeña, una residencia de ancianos...trabajos todos ellos normales, y ahí es donde tengo buscar la santidad, no tengo otra cosa que ofrecer a Dios, que el trabajo "corriente y moliente" de un cura de un barrio de Madrid. Miró mucho a San Jose para aprender, porque eso fue lo que él hizo toda su vida. Por eso me he convencido de la grandeza que tiene cualquier vida corriente como la de una madre, un artesano, un profesor, una peluquera vivida cara a Dios.

La vida pasa, se nos va, y siempre pensamos que no hemos hecho nada porque no somos importantes. Ese deseo de ser importantes influye mucho en nuestra felicidad, llegando a ponernos tristes, por eso te digo que la felicidad no tiene nada que ver con hacer cosas grandes, o con la popularidad de salir en la tele, o con el dinero o el consumo.

Tú puedes ser más feliz, puedes dar más densidad a tu vida, si descubres que la grandeza de una vida está en vivir cara a Dios lo que tienes entre manos: Esa vida corriente y moliente de amistad, de trabajo, de matrimonio...

Piensa que el tesoro de tu felicidad lo llevas contigo, no está fuera de ti, pero te tienes que enterar.

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