domingo, 4 de marzo de 2007

2 dom. de cuaresma, la Transfiguracion


En este caminar que es la cuaresma hasta llegar a la Pascua, la Palabra de Dios nos presenta un parón agradable que nos llena de felicidad con el pasaje de la Transfiguración.

Jesús ha querido abrir una ventana de felicidad a sus discípulos para que no se desanimen ante la pasión y la cruz que le espera en Jerusalén. Y les ha dejado claro que el camino que lleva a la Resurrección, a ser hijos de Dios en plenitud, pasa antes por la cruz.

Nosotros caminamos en este tiempo de cuaresma para llegar a celebrar la Pascua de Resurrección, y a veces nos cansamos de nuestra oración, de nuestra penitencia, y de nuestro amor al prójimo, por eso este pasaje nos devuelve el ánimo y la alegría, porque toda la entrega de esta cuaresma tiene un final estupendo: la Resurrección.

El Señor nos va transformando poco a poco, con las dificultades de la vida ordinaria y un poco con la oración y los sacramentos, tan importantes para vivir vida cristiana. Y también nos transformará con la cruz, igual que a su Hijo, para que nuestro cuerpo material, se transforme en un cuerpo glorioso como el suyo.

Toda nuestra entrega en este tiempo de cuaresma es para que nos parezcamos a Cristo, y luego cuando nuestra vida termine, seamos semejantes a Él, como buenos hijos de Dios.

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