sábado, 3 de febrero de 2007

Por San Blas la cigueña veras


No me queda más remedio que encomendarme a San Blas de vez en cuando para que me ayude con la garganta. Parece que San Blas fue médico y obispo y que curó milagrosamente a un niño al que se le había atravesado una espina de pescado en la garganta.

Yo no la tengo, pero en Ciudad Rodrigo la gente se suele poner una gargantilla de color en el cuello para que el santo los libre de los males de garganta.

En Madrid, la primera verbena era la de San Blas, que se celebraba en una ermita cercana al actual museo del Prado. Una verberna era algo que se valoraba mucho porque no se podía bailar cuando se quería. No es como ahora que todos los días la gente está de verbena.

Lo importante es que los días van para arriba, y que este Madrid nuestro no pierde nunca la alegria. ¡Que el santo nos bendiga y que nos cure garganta a todos"

No hay comentarios: