miércoles, 21 de febrero de 2007

El miercoles de ceniza nos recuerda la dieta del cristiano


Hoy comienza la cuaresma, esos 40 dias de preparación para la Pascua, que es la fiesta más importante de los cristianos. Y la ceniza es ese signo para que caigamos en la cuenta que somos pecadores, que necesitamos conversión. volver a Dios.

Abriendo el evangelio de este día caemos en la cuenta de la dieta que tiene que vivir un cristiano para recuperar su vida sobrenatural: la oración, el ayuno, la limosna. Todo ello sin toque de trompetas, en lo secreto, para que Dios Padre premie al que hace las cosas con rectitud de intención.

La oración es el primer plato de la dieta. Tienes que leer el evangelio, meditarlo, escuchar esa Palabra en tu corazón, y luego hablar con Dios. Como pasa en las conversaciones humanas, hablamos y escuchamos, pues, con Dios pasa lo mismo, hay que hablar y escucharlo.

El segundo plato es la limosna. Como siempre se trata de no nos olvidemos que la conversión pasa por el amor al prójimo. Si no amamos la prójimo no agradamos a Dios, aunque hagamos muchos sacrificios. Amar al prójimo es comprender, escuchar, soportar con paciencia sus limitaciones, hacerle pequeños servicios, hacerle la vida de cada día agradable...

Y el postre es el ayuno. Se trata de tener señorío sobre las cosas buenas que nos rodean. Hay que ser señores en la mesa, viendo la televisión, en el trato con los demás, con nuestro carácter, con nuestro dinero, y con nuestras palabras. Siempre señores, cueste lo que cueste.

No te olvides que si te pones a "dieta sobrenatural", tendrás vida sobrenatural, te sentirás un buen hijo de Dios, tendrás paz y alegria. Con la oración, la limosna, y el ayuno serás más feliz, que eso es lo que yo quiero para tí.

1 comentario:

Unknown dijo...

El miercoles comenzò la cuaresma y bien que sentì no poder estar como tantos años en la imposiciòn de la ceniza. La verdad es que podemos decir: que es tiempo de orar y como no de amar; el miercoles como tantos otros a la hora de la ceniza tenìa una cita con el amor y la dedicaciòn de alguien que me necesitaba y a pesar de tener que sacrificarme, Dios me regala la sensaciòn de poder devolver un poco de lo mucho que he recibido de mis mayores. Tambièn tiempo de recogimiento; hay el el Sagrario està el Señor, recogiendo nuestras sùplicas, esperanzas y cuanto acontece en nuestras vìdas, intercediendo y suplicando al Padre por nosotros. Como puede haber personas que se sientan solas habiendo un sagrario cerca de donde estàn, que tesoro tan grande y tan olvidado